En ocasiones me siento triste
como el pájaro que perdió su nido,
como el anciano que perdió su casa
y se queda desvalido.
Es una tristeza que yo se de donde sale.
Sale del niño lloroso que perdió su infancia,
atrapado en las guerras que no comprende
y lo han sumido en la desgracia.
Sale de los muertos sin nombre
en carreteras infames, muertos por que si,
guerras crueles, crueles males.
Sale de aquella anciana que llora en silencio
rasgándose por dentro su corazón en el pecho.
No pararán las armas, llevamos siglos pidiéndolo
y el mundo está triste y negro, las almas
siguen sufriendo.
Mis pobres versos no son hoy de alegría.
Hoy mis ojos han llorado
al ver tanta desdicha.